El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, mons. Gerhard Ludwig Müller: la “luz verde” llegó cuando Benedicto XVI era el Papa reinante
EN RECUERDO DE MONS. ROMERO |
GIANNI VALENTE
ROMA
ROMA
El arzobispo Óscar Arnulfo Romero, “fue
un gran testimonio de la fe y de la petición de justicia social”, y las
verificaciones para el “nihil obstat” doctrinal en su proceso de
beatificación tuvieron una acelereción “dede Benedicto XVI”. Lo reveló a
Vatican Insider el arzobispo Gerhard Ludwig Müller, actual Prefecto de
la Congregación para la Doctrina de la Fe. Mientras Papa Francisco está
viviendo en Brasil el abrazo del catolicismo latinoamericano, desde Roma
el arzobispo-teólogo alemán confirma que ya no hay cuestiones
doctrinales que demoren la beatificación del que tantos fieles llaman
“San Romero de América”. La “luz verde” del ex-Santo Oficio se encendió
cuando en el trono de Pedro todavía estaba Benedicto XVI.
Esta tarde el Prefecto de la Doctrina de
la Fe volará a Río de Janeiro, en donde participará en la clausura de la
JMJ. En los comentarios del arzobispo Müller sobre las jornadas
brasileñas de Francisco surge su cordial sintonía con la “conversión
pastoral” que el Papa argentino no se cansa de sugerir a toda la
Iglesia.
Papa Francisco está en Brasil, Muchos
católicos latinoamericanos conservan la memoria devota de Óscar Romero.
¿Qué representa para usted la figura del obispo asesinado sobre el
altar?
Considero a Óscar Arnulfo Romero un gran
testimonio de la fe y de la sed de justicia social. Su testimonio se
expresaba también a través de las homilías en las que hablaba de la
trágica condición que vivía en esos años su pueblo. El orden social solo
se puede fundar en la defensa de la afirmación de la justicia, y no en
la violencia o la ley del más fuerte. Esta es la doctrina de la iglesia.
Incluso la Constitución “Gaudium es Spes”, emanada del Concilio
Vaticano II, había reafirmado que todos los hombres son criaturas de
Dios con los mismos derechos y con las mismas posibilidades para acceder
a los bienes de la naturaleza, a los bienes de la Creación y de la
cultura. El obispoRomero, en cada una de sus intervenciones, repetía
solamente esto.
Sin embargo, su causa de beatificación
parece haberse topado con algunos obstáculos. Para algunos era oportuno
tomar un poco de tiempo. Según ellos, la figura de Romero beatificado
podía convertirse en una bandera de la Teología de la Liberación.
El proceso relativo al “nihil obstat”
doctrinal en la Congregación procedió con normalidad y ya bajo Benedicto
XVI tuvo una aceleración decisiva. No hay que olvidar que en 2007, en
su viaje hacia Brasil, Papa Ratzinger dijo claramente que él consideraba
a Romero digno de ser beatificado. Ahora, con Papa Francisco, el
proceso procede con mayor velocidad en la Congregación para las Causas
de los Santos.
Usted conoce muy bien algunas realidades
eclesiales de América Latina. ¿Qué es lo que más le sorprende del viaje
de Papa Francisco a Brasil?
El viaje del Papa a Brasil es algo muy
grande. Papa Francisco sabe acercarse al corazón de los jóvenes y ellos
se sienten comprendidos, aceptados. Reconocen inmediatamente al buen
pastor que ofrece a todos el don del Evangelio, el misionero que no
trata de obtener ventajas para sí mismo, que no pide ni votos ni dinero.
La forma en la que propone la Buena Noticia de Jesús atrae y desarma no
solo a los jóvenes, sino a todos.
¿Incluso a los no católicos?
Todos ven en él la alegría al anunciar el
Evangelio y de ser miembros de una única familia de Dios en la Iglesia
católica. Se descubre que la fe católica es la fuente más viva que riega
la humanidad misma del pueblo brasileño. Creo que este viaje dará
grandes frutos, incluso en relación con el regreso a la plena comunión
con la Iglesia católica de tantos cristianos que siguieron la propaganda
separatista de las sectas más hostiles hacia el catolicismo.
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