Tomado de: http://www.news.va/es/news/
(RV).- El Santo Padre concelebró la Misa
de esta mañana en la Casa de Santa Marta con los purpurados del “Consejo
de cardenales” que desde hoy se reúne con el Papa en el Vaticano hasta
el 3 de octubre. En su homilía, el Pontífice auguró que estas reuniones
hagan a todos más humildes y confiados de Dios, “para que la Iglesia
pueda dar a la gente un hermoso testimonio”.
Jesús reprende a los dos Apóstoles que
querían que caiga fuego del cielo sobre todos aquellos que no querían
recibirlo. El Obispo de Roma desarrolló su homilía inspirándose en el
Evangelio del día, recordando que el del cristiano no es “un camino de
venganza”. El camino del cristiano es aquel de la humildad, de la
docilidad. Y, agregó, en la conmemoración de hoy de Santa Teresa del
Niño Jesús, “nos hará bien reflexionar en ese espíritu de humildad, de
ternura, de bondad”. Un espíritu humilde, puntualizó el Papa, que el
Señor “quiere de todos nosotros”. ¿Dónde está por lo tanto la fuerza
“que nos conduce a este espíritu”? Precisamente “en el amor – fue la
respuesta de Francisco – en la caridad, en la conciencia de que estamos
en las manos del Padre”. “Cuando se siente esto”, observó el Pontífice,
“no es que den ganas de hacer caer fuego del cielo”:
“Viene el otro espíritu, aquel de esa caridad que todo sufre, todo perdona, que no se vanagloria, que es humilde, que no busca a sí misma. Alguien puede decir – y había algunos filósofos que pensaban así – que esta sea como una humillación de la majestad del hombre, de la grandeza del hombre. ¡Esto es estéril! La Iglesia sabia ha hecho a esta Santa, humilde, pequeña, confiada de Dios, dócil: la ha hecho Patrona de las Misiones”.
La fuerza del Evangelio, continuó el
Santo Padre, está justamente ahí, “porque el Evangelio llega
precisamente al punto más alto en la humillación de Jesús: ¡humildad que
se convierte en humillación!” Y la fuerza del Evangelio “está en la
humildad, la humildad del niño que se deja guiar por el amor y la
ternura del padre”:
“La Iglesia -nos decía Benedicto XVI- no crece por proselitismo, crece por atracción, por testimonio. Y cuando la gente, los pueblos ven este testimonio de humildad, de docilidad de mansedumbre, sienten la necesidad de la que habla el profeta Zacarías: ‘¡Queremos venir con vosotros!’. La gente siente aquella necesidad ante el testimonio de la caridad, de esa caridad humilde, sin prepotencia, no autosuficiente, humilde, que adora y sirve”.
“La caridad es simple: ¡adorar a Dios y servir a los demás! Y este testimonio – afirmó el Papa – hace crecer a la Iglesia”.
He aquí el por qué una monja “tan humilde, pero tan confiada en Dios”,
como Santa Teresa del Niño Jesús, “fue declarada Patrona de las
Misiones, porque su ejemplo” hace “que la gente diga ‘¡Queremos venir
con vosotros!’”. El Papa concluyó su homilía dirigiendo un pensamiento
especial a las reuniones que desde este martes se llevan a cabo en el
Vaticano con el “Consejo de cardenales” por él deseado para ayudarlo en
el gobierno de la iglesia:
“Hoy, aquí, en el Vaticano comienza la reunión con los cardenales consultores, que están concelebrando la Misa. Pidamos al Señor que nuestro trabajo de hoy nos haga a todos más humildes, más dóciles, más pacientes, más confiados de Dios, para que así la Iglesia pueda dar un hermoso testimonio a la gente y viendo al Pueblo de Dios, viendo a la Iglesia, sientan el deseo de venir con nosotros!”.
(RC-RV)
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