viernes, 30 de julio de 2010

PASTORAL VOCACIONAL SACERDOTAL EN LA DIÓCESIS Y OBRA DIOCESANA DE LAS VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS

Tomado de: http://www.obispadozaratecampana.org/

ROGAR AL ESPÍRITU SANTO QUE NO FALTEN VOCACIONES SACERDOTALES EN LA IGLESIA

Pentecostés, "El Greco"

Se encuentran en su retiro espiritual previo a la ordenación diaconal los seminaristas acólitos Adrián Lázaro y Oscar Moretti. La comunidad diocesana tiene gran alegría en saber que el día 7 de agosto, a las 11, nuestro Obispo Oscar les conferirá el orden del diaconado, en camino hacia el sacerdocio ministerial. Ambos seminaristas son alumnos de la Facultad de Teología de Buenos Aires, y prosiguen su formación en el Seminario diocesano "San Pedro y San Pablo" de Zárate-Campana. La ordenación diaconal tendrá lugar en la iglesia co-catedral de la Natividad del Señor, en Belén de Escobar.
Ya el sábado 24 ppdo.el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga tomó a ambos la "Profesión de fe" y la "Promesa del celibato sacerdotal", con presencia de numerosos sacerdotes y seminaristas, familiares y amigos, en la iglesia criptal de Santa Florentina y los Santos Padres de la Iglesia Hispana, en la iglesia catedral de Campana.

Profesión de fe y promesa de celibato Oscar Moretti
Profesión de fe y promesa de celibato Adrián Lázaro
Los ordenandos con el Obispo en iglesia criptal

PASTORAL VOCACIONAL SACERDOTAL EN LA DIÓCESIS Y OBRA DIOCESANA DE LAS VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS


El Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga ha encomendado a la Delegación de Pastoral Juvenil y Vocacional, y por consiguiente a su delegado, Pbro. Hugo Lovatto, que de conjunto con el Rector del Seminario diocesano den renovada dedicación (como en la “nueva evangelización”, “nueva en su ardor, nueva en sus métodos, nueva en sus modos de expresión”) a pastoral vocacional específicamente sacerdotal, que florece allí donde los sacerdotes entienden este desafío tan importante para la vida de la Iglesia y donde a través del testimonio sacerdotal, el acompañamiento espiritual de los jóvenes, y la unión con la Iglesia diocesana se da también, en una verdadera comunión orgánica. Gracias a Dios, algunos jóvenes este año 2010 están discerniendo seriamente su itinerario en la vocación sacerdotal, y para ello el Obispo ha pedido que efectivamente se realicen las “Jornadas de discernimiento” que prevé nuestro PLAN PASTORAL, y que se funde a nivel diocesano (instando a todas las parroquias a que sea creado a nivel parroquial) la OBRA DE LAS VOCACIONES SACERDOTALES, de las que pueden también participar laicos, matrimonios comprometidos, religiosos, religiosas y mismos jóvenes, para orar y trabajar por las vocaciones sacerdotales, religiosas y consagradas en nuestra Iglesia particular.

Para mayor asesoramiento sobre el tema, por favor consultar al Pbro. Hugo Lovatto, y/o a Mons. Santiago Herrera, quienes de conjunto, uniendo también a sacerdotes y a seminaristas en este proyecto pastoral, están a su disposición para la colaboración que se pueda prestar.

Mientras tanto, recordamos este punto del PLAN PASTORAL DIOCESANO, que fue asumido desde consensos profundos con el clero, parroquias, organismos laicales, asociaciones y movimientos:

“III CLERO Y VIDA CONSAGRADA
(…)
7. La Pastoral vocacional sacerdotal
En un primer sentido, la Pastoral vocacional se refiere a todas las vocaciones de la Iglesia, dentro de la gran vocación universal a la santidad, que es la vida cristiana. Ello no obstante, se dará en la diócesis una prioridad a la Pastoral vocacional sacerdotal, como lo ha pedido el Papa Juan Pablo II en Pastores dabo vobis, y asimismo lo ha ratificado numerosas veces el Papa Benedicto XVI, notablemente en los discursos al episcopado argentino en la reciente visita ad Limina, de este año 2009.
Por ello, queda a cargo de la Vicaría de Pastoral junto con el Rector del Seminario «San Pedro y San Pablo» la organización de LA JORNADA DE DISCERNIMIENTO VOCACIONAL SACERDOTAL ANUAL. Conforme ha sido la experiencia tenida, convendría desdoblar esta última en una «Primera Jornada» en la que el objetivo sea invitar a jóvenes que por lo menos alguna vez se hayan planteado la posibilidad de ser sacerdotes, y una «Segunda Jornada» de profundización, a la que se inviten a aquéllos que ya hayan considerado más seriamente el ingreso al Seminario. En ambas Jornadas deben también participar las Delegaciones diocesanas de Pastoral de Juventud y de Misiones, puesto que la vocación sacerdotal y religiosa se halla muy relacionada con la pastoral juvenil y con la dimensión misionera de esta última.
La planificación de las Jornadas de discernimiento y otros encuentros de esta índole, en nada quitan a la importancia del seguimiento personal de los jóvenes en vistas a la profundización del discernimiento de la vocación sacerdotal, por parte de los sacerdotes, y en especial de los curas párrocos.
Ello dice referencia sobre todo a la DIRECCIÓN ESPIRITUAL (de los jóvenes, de parte de los sacerdotes), que ha dado tantos frutos. Los sacerdotes del clero secular deberán también discernir si se trata de una vocación para su propio clero, o bien para el clero religioso, y entonces, si se da esto último, con honestidad son invitados a orientar al joven a algún instituto por el que muestre inclinación o aptitudes. Asimismo, los sacerdotes pertenecientes a institutos religiosos o equiparados, si hacen Jornadas de discernimiento o de promoción vocacional (masivas o no) en la que participen jóvenes de la diócesis, han de tener la honestidad moral y espiritual de presentar la vocación al clero secular como una posibilidad concreta, explicando también las similitudes y diferencias respecto de la vocación religiosa.
Por último al respecto, este Proyecto recomienda trabajar con las comunidades en la conciencia de que es la acción de la comunidad eclesial bajo la Jerarquía aquella orientada a llevar a los hombres a hacer su opción en la Iglesia. Por lo mismo, toda la comunidad cristiana, (unificada y guiada por el Obispo) ha de sentirse solidariamente corresponsable del desarrollo vocacional, sea en la vocación específica sacerdotal y religiosa a la que acabamos de aludir, sea en su aspecto fundamental cristiano, la vocación en general”.

martes, 27 de julio de 2010

“SANTIAGO DEL BARADERO” CUMPLIÓ 395 AÑOS (1615-2010)


FESTIVIDADES DEL APÓSTOL SANTIAGO EN BARADERO
(DIÓCESIS DE ZÁRATE-CAMPANA)


Nuestro Obispo Mons. Oscar Sarlinga trazó un “Camino de Santiago” vernáculo, desde la historia local, poniendo de relieve algunas líneas históricas y pastorales de un autóctono “camino de Santiago” entre Baradero y Pilar, “como en una línea entre el Apóstol Santiago y la Virgen Madre, en su advocación de Nuestra Señora del Pilar”. A modo de datos históricos, en su homilía destacó que la naciente “reducción” de Santiago de Baradero es la más antigua de la actual provincia de Buenos Aires, al punto que como “parroquia” es la más antigua de la actual jurisdicción bonaerense.
 
En este marco histórico, que fue puesto de relieve por el Municipio en la organización de la fiesta cívica, este domingo 25 de julio, en la solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de la ciudad y partido ("Santiago del Baradero", como era su nombre original y así consta en su escudo oficial) el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga, acompañado por Mons. Edgardo Galuppo, vicario general y el Pbro. Dr. Nestor Villa, moderador de la comisión de ecumenismo y diálogo interreligioso, asistieron las festividades patronales, en la ciudad que consta de dos parroquias (Santiago Apóstol, cuyo cura párroco es el Pbro. Atilio Rosatte, y Nuestra Señora de Luján, cuyo pastor propio es el Pbro. Fernando Fusari).

Proseción con imagen de Stgo. Apóstol

Arribo de la procesión a la iglesia parroquial en Baradero

Ingreso de la procesión con la imagen de Santiago Apóstol

Concelebración al momento de la proclamación del Evangelio

El frío reinante por la mañana no amedrentó a los numerosos participantes de la procesión con la imagen de Santiago el Apóstol, alrededor de la plaza principal, en la cual caminó también el secretario de cultura, Sr. Gallardo, y en el tramo ya junto al arribo a la iglesia se incorporó el intendente municipal, Dr. Carossi. Todos los sacerdotes hicieron la procesión, y así también los diáconos permanentes y los seminaristas de la ciudad (Adrián Lázaro y Francisco Liaudat) Junto al Sr. Obispo y quienes lo acompañaron desde Campana, en la concelebración estuvieron presentes el Pbro. Atilio Rosatte, cura párroco, el Pbro. Fernando Fusari, administrador parroquial de Ntra. Sra. de Luján (Baradero) y los diáconos Ricardo Dib (adscripto a Santiago Apóstol) y Carlos Roselló (adscripto a Nuestra Señora de Luján).

Ofrendas de manos de una hermana de las Pobres Bonaerenses de San José

Cristo coronado de espinas ofrendado al Obispo

Obispo junto a los dos diáconos permanentes de Baradero

Eucaristía en Santiago del Baradero

También en su homilía, el Sr. Obispo recordó la “misión juvenil diocesana” en Santiago del Baradero y asimismo algunos aspectos de su homilía en el Año Paulino Jubilar, en la ciudad, el 27 de julio de 2008, y la celebración de las fiestas patronales diocesanas en esa ciudad, en el mismo año, así como diversos aspectos de la devoción a Santiago Apóstol y a su historia, desde el acontecimiento milagroso del Pilar, en la actual Zaragoza, las fundaciones hispánicas en América, el encuentro de los pueblos, la significación de la renovación del cristianismo en nuestras vidas, la nueva evangelización que hemos de realizar, la conciencia cívica y moral, y los desafíos pastorales de nuestra época contemporánea, que hemos de llevar a cabo con amor, y la virtud de la esperanza, “el realismo de la esperanza” –destacó- en su recuerdo frecuente de la constitución “Gaudium et Spes” del Concilio Vaticano II. Tal como más arriba se ha hecho referencia, el Obispo Mons. Sarlinga hizo una especial alusión al “Año Jacobeo” en Santiago de Compostela (España) y su significación para nosotros, y trazó también algunas líneas históricas y pastorales de un autóctono “camino de Santiago” entre Baradero y Pilar, puesto que esta última ciudad nace, también en época española, en torno del oratorio de Nuestra Señora del Pilar, en la línea de evanglización que venía del Norte, así pues, con Baradero como el punto norte más cercano (a la actual Pilar).

La feligresía. Al fondo, imagen y reliquia de F. Luis Bolaños

La iglesia de Santiago el Apóstol en Baradero

Escudo de Santiago del Baradero

Santiago el Apóstol procesional imagen de Santiago del Baradero

Desfile de época

En este sentido, cabe destacar que en la Provincia de Buenos Aires, numerosos son las ciudades y partidos que son bicentenarios, más exactamente lo son veinte distritos. Si bien Luján es el primer partido constituido de la Provincia de Buenos Aires, Baradero es la fundación más antigua, y prácticamente duplica la fecha establecida que conmemora el nacimiento de la Patria, puesto que cumplió 395 años. El año próximo tres partidos cumplirán un siglo. Esta ciudad del Norte bonaerense de 35 mil habitantes - famosa por sus festivales de música y teatro es casi cuadricentenaria, pudiéndose constatar en documentos de la época que el 25 de Julio de 1615 se establece la “Reducción Santiago Apóstol de Baradero”, nombre originario dado a la localidad por voz y orden de Hernando Arias de Saavedra, el primer gobernador criollo. Como se ha dicho más arriba, su origen fue una reducción de indios, reunidos para establecer una Encomienda Real a cargo de franciscanos. A modo de complemento histórico, digamos que también en el Siglo XVI, pero años más tarde, se fundó la ciudad de Quilmes. En la Provincia de Buenos Aires, hay más de treinta ciudades fundadas antes de la Revolución de Mayo de 1810, fecha establecida para conmemorar el surgimiento de la Patria. Una de las particularidades que comparten varias de las que fueron nacieron en el transcurso del siglo XVIII, es que sus nombres guardan costumbres típicamente coloniales y referencias religiosas: Exaltación de la Cruz (1735); San Antonio de Areco (1730); San Isidro (1710); San Nicolás (1748) y San Vicente (1750) por citar algunas.

domingo, 25 de julio de 2010

FESTIVIDADES DE SANTIAGO APÓSTOL EN BARADERO

Tomado de: http://www.obispadozaratecampana.org/
domingo 25 de julio
Venerable imagen de Santiago el Apóstol

Lugar de la sepultura del Apóstol Santiago en Santiago de Compostela

Altar de Santiago el Apóstol

Este domingo 25, en la solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de Baradero ("Santiago del Baradero", como era su nombre original) el Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga, acompañado por Mons. Edgardo Galuppo, vicario general, asistieron a Baradero, en sus festividades patronales, y que lo son también cívicas en el partido. Presidió la celebración eucarística el Sr. Obispo, Mons. Oscar Sarlinga, a quien acompañara, como hemos dicho, Mons. Edgardo Galuppo, vicario general y el Pbro. Nestor Villa, moderador de la comisión diocesana de ecumenismo y diálogo interreligioso (en Baradero existe uno de los grupos de “ecumenismo espiritual” de la diócesis). En la concelebración estuvieron presentes el Pbro. Atilio Rosatte, cura párroco, el Pbro. Fernando Fusari, administrador parroquial de Ntra. Sra. de Luján (Baradero) y los diáconos Ricardo Dib (adscripto a Santiago Apóstol) y Carlos Roselló (adscripto a Nuestra Señora de Luján). Conforme al programa enviado por el cura párroco, Pbro. Atilio Rosatte, los actos comenzarán con la procesión, a las 10.30, a continuación la Santa Misa y tiene lugar un almuerzo comunitario parroquial, del que también participan el Obispo y el vicario general. Mons. Edgardo Galuppo, como representante del Obispado de Zárate-Campana, permanecerá para los actos cívicos o ciudadanos que seguirán. Auguramos a la comunidad de Baradero muchas felicidades en la Fiesta de su Santo Patrono, siendo una antiquísima advocación en la jurisdicción parroquial más antigua de la provincia de Buenos Aires, habiendo sido su pastor de almas el célebre Fray Luis Bolaños, de quien se conserva una reliquia insigne en el templo parroquial.

Partido y Ciudad de Baradero en la Provincia de Buenos Aires

La iglesia de Santiago Apóstol en construcción (foto de época)

Imagen panorámica de la espléndida iglesia de Santiago Apóstol

Misa en Santiago Apóstol de Baradero

El Sr. Obispo recordó la “misión juvenil diocesana” en Santiago del Baradero y asimismo algunos aspectos de su homilía en el Año Paulino Jubilar, en la ciudad, el 27 de julio de 2008, la cual, como antecedente de una cobertura más completa de esta noticia, ofrecemos a continuación:

HOMILÍA DEL OBISPO EN LA CELEBRACIÓN DEL APÓSTOL SANTIAGO EN EL AÑO PAULINO JUBILAR

(Santiago del Baradero, domingo 27 de julio de 2008)

I. EL APÓSTOL SANTIAGO EL MAYOR Y LA LUZ DE LA FE
Nos une hoy la celebración de Santiago, Apóstol de Jesucristo,l patrono de la ciudad y partido de Santiago del Baradero, en este Año Paulino Jubilar, en el que somos invitados a que la Luz de la fe y el fuego del Amor hagan den cada día más vida a nuestra esperanza, como nos ha enseñado el Concilio Vaticano II, el cual ha llamado a todo cristiano a avanzar “(…)(1)por la vía de la fe viva, la cual enciende la esperanza y obra por medio de la caridad” . Lejos de pensar todas estas cosas principalmente en abstracto, creo que deberíamos tratar de ver cómo son muy concretas en nuestra vida actual.
El mundo está muy necesitado de luz y de esperanza y esta última es una virtud que en la práctica cotidiana se articula en la paciencia y en la humildad, ambas dos en sentido verdadero e integral, lo cual nos da fuerzas ante todo revés, todo fracaso, y nos da también moderación ante los éxitos, porque, librados a nuestros propios estados de sensibilidad, podemos estar inclinados a los excesos de un ánimo en cierto modo «bipolar» y esto sea dicho en sentido existencial y no sólo psicológico.
Quizá aparezcan estas consideraciones, reitero, algo genéricas… veamos sin embargo cuánto son actuales en nuestra vida, y también cuánto necesitamos, para nuestro equilibrio y felicidad, de la confianza en Dios, de aceptar su misterio y el misterio de nuestras propias vidas, y el confiarnos en Él, incluso (o especialmente) en los momentos de oscuridad. En Él, en Jesucristo, Luz del mundo, “Luz de las naciones y gloria de Israel” (Lc 2,32). Dios gobierna misteriosamente el mundo y la Iglesia, no obstante cualquier sombra o cualquier tiniebla (2).
Con esta visión de fe, celebramos hoy la divina Liturgia en la fiesta de Santiago (que es el Mayor, a no confundir con el Menor, primo hermano de Jesús). Este Santiago fue hermano del también apóstol Juan, y su nombre en hebreo es «Jacob», derivado en «Yago», de ahí que «Sant-Yago» sea el origen del nombre actual. En tanto discípulo del Maestro, Santiago estuvo presente en dos de los momentos cúlmines de Jesucristo: la Transfiguración en el monte Tabor (Cf Lucas, 9) y la oración en el Huerto de los Olivos, junto a Simón Pedro y a Juan. Son dos momentos que tienen que ver mucho con la Luz y la oscuridad.
Lo cierto es que después del gran acontecimiento de Pentecostés, los Apóstoles fueron enviados a predicar y a implantar la Iglesia, y según la tradición Santiago cruzó el mar Mediterráneo, recalando en la «Hispania» de la época (3).
En tiempos en que ya el Islam había avanzado sobre gran parte de la península ibérica, el rey Alfonso II de Asturias ordenó construir, cerca del año 813, una iglesia sobre el cementerio donde habían aparecido los restos del Apóstol, precisamente donde hoy se encuentra la iglesia catedral de Santiago de Compostela, adonde confluye en Europa el «camino de Santiago», meta de peregrinaciones desde edades antiguas, meta peregrinacional que trajo unión y conocimiento de los pueblos (4), encaminados a la luz de la fe.
Por eso, queremos traer también ejemplo hoy nosotros, pues «la unión hace la fuerza», la unión de corazones que necesitamos, como familia de Dios, y comunidad diocesana, para evangelizar y para la promoción integral de la persona humana. Siguen dando frutos de bendición los caminos de Santiago, hechos hoy día por personas de fe y por otras que tienen un interés cultural o humanista, pero que también allí, no pocas, han recuperado la fe cristiana. Santiago es confluencia de pueblos, como lo es este Santiago del Baradero desde sus orígenes, en 1693, y queremos que ese espíritu dé cada vez más fruto.
II. LA FE EN JESUCRISTO, «LUZ VERDADERA»
Me alegra ver la alegría de ustedes en esta festividad. Es un gran signo. Santiago nos lleva a Jesús.
La fe no tiene como objeto a cualquier sentimiento, estado de ánimo o a una pura idea que nos hagamos de Dios. La fe lo es en Jesucristo, “Luz verdadera”, la que «ilumina a todo hombre» (Jn 1,9), esto es, el Evangelio mismo, Jesús mismo, por eso nos abre a horizontes infinitos. Nadie que quiera ver de verdad deseará andar en la oscuridad. El tema es que tantas veces a la oscuridad no la podemos (o no la queremos) «ver». Si las personas pudiéramos (o quisiéramos) «ver» algunas oscuridades de nuestro interior (o de nuestra sociedad), nos apresuraríamos, quizá, a dejar entrar la luz y procuraríamos que otros también reciban ese don. Las tinieblas, sin embargo, son resistentes y se asientan sobre la mentira, cuyo padre, en última instancia, es «el mentiroso», el «príncipe de este mundo». En cambio, el que obra la verdad viene de la Luz y a la Luz (cf Jn 3,21).
Esta Ley no es cualquiera, hecha por los hombres, inventada o construida meramente por el psiquismo al modo de proyección o transfert ni por técnica o tecnología alguna. La Ley de Dios, su Ley de Amor, la Ley nueva del Espíritu Santo, es luz en las tinieblas; el tema es que estas últimas no la quieren recibir (Cf Jn 1,5). Esta Ley Nueva, en sentido puro es Jesucristo mismo. Por eso, el creer de verdad se trata de la adhesión a Él, y de cumplir con Él por Amor (a Él y a los hermanos), más que de un cumplimiento exterior (lo cual no quita éste), y menos todavía porque nos venga impuesto o porque no tengamos otra opción u oportunidad.
El Papa Juan Pablo II nos enseñaba a este respecto en la Veritatis splendor: “Jesús mismo es el «cumplimiento» vivo de la Ley, ya que Él realiza su auténtico significado con el don total de sí mismo; él mismo se hace Ley viviente y personal” (5), Ley que, si podemos aplicarle el decir del Alighieri, es “l’amor che move il sole el’altre stelle”, el amor que mueve el sol y las otras estrellas (6), luz de vida (Cf. Jn 8,12), que atraviesa las Escrituras del principio al fin (7). ¿Lo creemos?. Porque de esto dependerá nuestra opción y proyecto de vida, y seguramente también el destino de otros. Si lo creemos, pongámonos confiadamente en camino, sin miedo, dejando de vacilar y temer, o de hacer un paso adelante y diez hacia atrás, porque el Señor nos lo ha dicho: “Yo soy la luz del mundo; quien me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12). El gran tema es revitalizar la fe en Jesucristo, fuente de toda vida, y la confianza en Él, en su Iglesia; se lo dejo para reflexionar.
III. DEJÉMONOS INTERPELAR POR SANTIAGO EN LA VISIÓN DE LA TRANSFIGURACIÓN Y POR PABLO EN LA VISIÓN DEL ROSTRO DE CRISTO
En la Transfiguración, de la que participó el Apóstol Santiago, la Luz divina se ve concentrada en Jesús. “Su rostro brilló como el sol y sus vestiduras se hicieron blancas como la luz” (Mt 17,2). Nos interpela este testimonio; ¿cómo no?.
También Pablo nos interpela, en su Año Jubilar, él que, en el camino de Damasco, recibe la aparición del Cristo Resucitado envuelto en una luz fulgurante que lo ciega, al mismo tiempo que le abre los ojos del alma a una nueva visión de la vida, de la realidad y de las cosas (Cf Hech 9,3; 22,6; 6,13). Saulo, devenido en San Pablo, vio la gloria divina, la irradiación divina (Cf Heb 1,3) en el rostro de Cristo (Cf 2Cor. 4,6). Nos interpela también, y mucho, porque el rostro del Señor lo vemos también en el de cada hermano, en especial del más necesitado, tanto de lo material como de lo espiritual. Será también motivo de reflexión si nosotros llegamos a ver en cada ser humano el rostro de Jesucristo, por desfigurado que esté en ese hermano.
El bien siempre triunfa. Pero la ingenuidad de estilo «naïf» puede ser una deficiencia, cuando no –en el fondo- el fruto de un «no querer ver» para no empeñarse o comprometerse. Sin maniqueísmo alguno, veamos como la oscuridad (de las mentes, de los corazones) y las tinieblas, no quedan afincadas o encapsuladas en las personas sino que son «dinámicas», podemos decir, llevan «dinámicamente» hacia las obras malvadas, las cuales rezuman egoísmo, envidia, odio, violencia, y esto último en diferentes niveles (Cf Jn 3,19-21). Sin embargo, nunca tenemos de dejarnos ganar por la amargura, la cual, a fuerza de sentar sus reales, termina en el cinismo. Conversión, transfiguración, Justicia y Paz, han de ser metas fundamentales y concretas.
Por eso, pienso, será una oportunidad providencial este Año Paulino para entrar en un divino proyecto, y se lo digo con palabras de San Pablo: revestirnos de la coraza de la fe y del Amor, «teniendo como yelmo la esperanza de la salvación» (1 Tes 5,5-8) y echando fuera las obras oscuras (Cf Rm 13, 12-14), que, por blanqueadas que intenten presentarse (incluso ante nuestros propios ojos), no pocas veces están más presentes a nuestro alrededor (o dentro) de lo que pudiéramos pensar.
Con la luz de Cristo, que resplandece «en el rostro de la Iglesia», como dice el Concilio Vaticano II (¿lo habíamos pensado?; ¿lo creemos?), queremos anunciar el Evangelio «a toda creatura»(8) , como familia parroquial y diocesana, unidos a nuestro Papa Benedicto, quien nos preside en la caridad, y a nuestros hermanos todos, en apertura a todos y con conciencia de ecumenismo espiritual y un profundo, fructuoso, diálogo interreligioso, así como con respetuoso amor por quien no cree, o ha perdido la esperanza.
Y queremos ser felices, vivir en paz, con nuestras familias unidas, mirar hacia delante, construir civilización y contemplar el Rostro Radiante del Señor. Con la ayuda de la Virgen Madre, que apareció al Apóstol Santiago para protegerlo de todo mal, de toda adversidad, y confirmarlo en la fe.

+Oscar Sarlinga

Notas:
1.CONC. ECUM. VAT. II, Const, dogm. Lumen gentium, n. 41.
2.Cf BENEDICTO XVI, Enc. Deus Caritas est, n. 39.
3.Si bien no hay evidencia histórica «documental» de estos hechos, son varios los testimonios en los Padres de la Iglesia y lo que sí puede decirse es que el cristianismo en la península ibérica data ya del primer siglo. De hecho apenas terminadas las persecuciones del Imperio Romano, fue en «Hispania» donde se celebró por vez primera un concilio (exceptuado el Concilio Apostólico en Jerusalén), que fue el concilio de Elvira, en fecha cercana al 303. En los Hechos de los Apóstoles se dice que Santiago fue martirizado en Jerusalén (Cf Hech 12, 2). Esto ocurrió hacia el año 44, cuando fue degollado por orden de Herodes Agripa I. La tradición piadosa dice que la Santísima Virgen apareció a Santiago en España sobre un pilar, en la actual Zaragoza, esto es, sobre una columna donde hoy se venera su imagen en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en la misma ciudad. Luego de esta visión, Santiago habría regresado desde España a Jerusalén, donde, luego de ver a la Virgen, fue martirizado, habiendo sido su cuerpo transportado por sus discípulos de nuevo hasta la Península Ibérica.
4.Respecto de la peregrinación a Santiago de Compostela, es bueno recordar que fue en el año 1122 cuando el papa Calixto II instituyó los privilegios del Año Santo Jacobeo. A partir de este 2008 los próximos Años Jacobeos tendrán lugar en 2010 y 2021.
5.JUAN PABLO II, Enc. Veritatis splendor, n.15.
6.Cf Divina Comedia, Par. XXX, v, 145.
7.El primer acto de Dios en la creación fue la división de la luz y de las tinieblas (cf Gen. 1,3s), así como el último acto será la Luz que es el mismo Dios, pues “(…) la ciudad (es decir, la nueva Jerusalén) no necesita la luz del sol, ni la luz de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el Cordero” (Ap 21,23).
8.Cf. CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Lumen gentium, n. 1.

viernes, 23 de julio de 2010

INFORME DE JUSTICIA Y PAZ ACERCA DE LA "SEMANA SOCIAL"

Tomado de : http://www.obispadozaratecampana.org/

El grupo "Justicia y Paz" de la diócesis de Zárate-Campana, pese a no tener constitutivo institucional, tampoco como asociación privada de fieles, es un grupo de personas interesadas en la doctrina social de la Iglesia y en acciones concretas en vistas al bien común, puesto que consideran a dicha doctrina, en el decir de Juan Pablo II, un "instrumento privilegiado de la evangelización" en nuestro mundo contemporáneo. La participación del grupo Justicia y Paz en distintos actos organizados por la Iglesia, en sus organismos de la Conferencia Episcopal, es de carácter voluntario y libre, y asimismo sus comentarios e informes.
Equipo Diocesano de Justicia y Paz y Pastoral

Se llevó a cabo, en la ciudad de Mar del Plata, desde el viernes 25 al domingo 27 de Junio la Semana Social 2010, organizada por la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina conjuntamente con el Obispado de Mar del Plata.

La apertura de la Semana Social, el día viernes, estuvo a cargo de Monseñor Puiggari, Obispo de Mar del Plata quien dio paso a la presentación del 1er. Congreso Nacional de la Doctrina Social de la Iglesia, a desarrollarse el próximo año en la ciudad de Rosario.

De esta presentación participó el Obispo de nuestra diócesis, Monseñor Oscar Sarlinga, y luego de la misma se hizo presente y dio su mensaje del Sr. Gobernador de la Provincia de Bs. As., Daniel Scioli.

Durante estos tres días se llevaron adelante Foros y Talleres con diferentes miradas tanto desde lo Sindical, Empresarial, Político y Social.

En cada uno de estos foros participaron importantes dirigentes nacionales

del sector gremial: Antonio Caló (UOM), Jerónimo Venegas (UATRE), Víctor De Gennaro (CTA);

del sector empresario: Luis Riva (ACDE), José Bereciartuúa (CAME);

del sector político: el Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Bs. As, los intendentes de Bahía Blanca, de Gral. Pueyrredón, Diputados Nacionales, Gabriela Michetti (PRO) y Walter Agosto (FPV) y también Diputados Provinciales,

y por el sector social: Monseñor Casaretto (Obispo de San Isidro), Monseñor Jorge Lozano (Obispo de Gualeguaychú), Pbro. Dr. Víctor Manuel Fernández (Rector de la Universidad Católica Argentina), la Dra. Beatriz Balián (Vice-Rectora Académica de la UCA), entre muchos otros.

El día Sábado fue pleno de Talleres, además de los Foros que se seguían desarrollando siempre con las miradas centradas en los puntos anteriormente mencionados como fue lo Social, Político, Sindical y Empresario contando con una participación de más de 850 participantes de diferentes rincones de la Argentina.

Las conclusiones de estos Talleres fueron expuestas durante la mañana del día Domingo.

Por nuestra Diócesis participaron, además del Obispo de nuestra Diócesis Zárate-Campana, Monseñor Sarlinga, el sacerdote Hugo Lobato, los seminaristas Juan Errecalde y Pablo Villalba, las Sras. Norma Mastragostino, Nilda Carboni, Mary Primavera, Victoria Calí y los Sres. Alfredo Gulín, Javier Buscaza, Silvio Franchini y José Aubone quienes participaron de todos los talleres y jornadas.

Nuestro Obispo, Monseñor Oscar Sarlinga tuvo una participación muy importante en distintos Foros y su trabajo fue destacado, particularmente, por el Obispo de San Isidro Monseñor Jorge Casaretto, Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

También se hicieron presentes de nuestra región representantes gremiales y empresarios.

Algo importante para destacar fue la participación y el trabajo de más de 160 jóvenes de diferentes regiones del país.

Se transcribe a continuación, parte de las conclusiones de la Semana Social de 2010.

Luego de estas jornadas se ha seguido tomando conciencia que a nivel global, regional y local, el mero crecimiento económico no basta para asegurar la equidad, el progreso y la movilidad social ascendente. Que el trabajo por la comunión y el encuentro es posible y reconocemos como un don la pluralidad de miradas.

Los dirigentes políticos, sociales, sindicales y empresariales que han participado brindando su testimonio dieron la importancia al diálogo constructivo en democracia.

La búsqueda de consensos para el desarrollo integral es la clave para erradicar la pobreza como prioridad nacional del Bicentenario 2010-2016.
Erradicar la pobreza es un sueño grande, pero no hay grandes logros sin grandes sueños.

Esta causa de la justicia y la inclusión social, es una misión que brota de nuestra fe en Jesucristo y es el eje central de la Pastoral Social. Desde la dimensión social de la fe, los consensos se deben lograr contemplando los rostros concretos de nuestros hermanos y hermanas más pobres y excluidos que esperan gestos y acciones concertadas entre todos aquellos que tenemos, en distintos niveles, responsabilidades en la construcción del bien común.
Contemplar la dignidad integral de toda persona y de todas las personas, nos ayuda a reemplazar el estilo de la fragmentación por el espíritu de la fraternidad.

La unidad como comunidad nacional es el mejor camino para el desarrollo integral y una justa distribución de los bienes. Generar espacios de diálogo y promover una cultura del encuentro, es también profundizar nuestra opción por los pobres y por el desarrollo federal de la Argentina. Queremos reafirmar que sólo el diálogo hará posible concretar los nuevos acuerdos para proyectar el futuro del país y un país con futuro. La promoción de políticas públicas es una nueva forma de opción por nuestros hermanos más pobres y excluidos. Ratificar y potenciar la opción del amor preferencial por los pobres que brota de nuestra fe en Jesucristo, requiere que socorramos las necesidades urgentes y al mismo tiempo que colaboremos con otros organismos e instituciones para organizar estructuras más justas. Igualmente se requieren nuevas estructuras que faciliten el diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales. Para erradicar la pobreza y la exclusión necesitamos promover entre todos un auténtico acuerdo sobre políticas públicas de desarrollo integral

jueves, 22 de julio de 2010

ECOS DE LAS CELEBRACIONES DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

Tomado de: http://www.obispadozaratecampana.org/ 
Fueron celebradas las Festividades de Nuestra Señora del Carmen, de Zárate.
El domingo 18 de julio, a las 16 horas.

Antigua e insigne imagen de Ntra. Sra. del Carmen, de Zárate

Presentación de ofrendas en Ntra. Sra. del Carmen

Bendición de escapularios en Fiesta de Ntra. Sra. del Carmen

Bendición de placa recordatoria de la donante de la Sgda. Imagen de la Virgen del Carmen

Luego de dos días de persistentes lluvias, que prosiguieron durante toda la tarde y noche del domingo, ése día 18 se celebraron las Fiestas de Nuestra Señora del Carmen, en la ciudad de Zárate. El Sr. Obispo Mons. Oscar Sarlinga presidió la Eucaristía, con la concelebración de Mons. Ariel Pérez, cura párroco, el Pbro. Eduardo Mussato, el P. Fernando Montes SDB y la asistencia del diácono Ramón Álvarez y del seminarista Francisco Liaudat. No pudo realizarse por la lluvia la anunciada procesión por las calles del centro, razón por la cual se rezó el rosario comunitario a las 15.30.
El Obispo mencionó en la homilía la historia del Monte Carmelo, en Tierra Santa, la misión del profeta Elías, la continuación de su espiritualidad en los monjes establecidos en dicho Monte, la aparición de la Virgen Ssma. a San Simón Stock y la entrega del escapulario, así como trazó las líneas principales de la espiritualidad carmelitana, habiendo hecho una relación entre la fe, el sentido existencial y el testimonio de la vida cristiana, que incluye la solidaridad como virtud. Exhortó a "no tener miedo", ni miedo a la verdad, ni a la libertad, ni a abrir la mente, el corazón y los brazos a los hermanos, para formar una auténtica comunidad cristiana, a comenzar por la familia, a imitación de la comunidad de los Hechos de los Apóstoles, recalcando que la Iglesia siempre ha tenido las notas de Una, Santa, Católica y Apostólica, ayer como hoy, y que todos los días, en sus miembros, ha de crecer en Amor y santidad, hasta que el Señor vuelva en su gloria. "Movidos por la fuerza de Jesús, el Señor, la construcción de la civilización del Amor -dijo- comienza desde la familia y prosigue en todos los órdenes de la vida, en el trabajo, en la escuela, en las diversas comunidades (a comenzar por la parroquial, para los católicos), la sociedad misma. Más aún, en Misterio de la gracia del Señor, esa fuerza de la fe, de la esperanza y de la caridad tendrán un efecto de convicción interior en tantos hermanos y hermanas, un efecto de comunión, de alegría compartida, de fortaleza frente a las dificultades, de renovación de nuestras vidas, porque el Espíritu Santo siempre nos renueva cuando abrimos nuestro corazón. La esperanza, la esperanza que no defrauda, ha de mantenerse en nosotros, porque le da renovado sentido a nuestra participación en la Cruz del Señor, es como un fuego votivo interior, que nos impulsa a ser testigos vivientes del Amor de los Amores".
Se tuvo a continuación la bendición de los Escapularios.
Al finalizar la misa, el obispo bendijo la placa recordatoria de la donante de la Sgda. Imagen de la Virgen del Carmen (muy antigua, que estuvo en posesión de la familia descendiente de los fundadores del primer oratorio y de los pagos de Zárate, y que fue donada a la Iglesia en 1964).

viernes, 16 de julio de 2010

FESTIVIDADES DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN EN ZÁRATE

Tomado de: http://www.obispadozaratecampana.org/
(El domingo 18 de julio, a partir de las 15.30, por ser solemnidad trasladada desde el 16 de julio)

Presidirá la solemnidad en la ciudad de Zárate el Sr. Obispo, Mons. Oscar Sarlinga

IMAGEN DE LA SSMA. VIRGEN EN SU ADVOCACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN Y SU HISTORIA RESPECTO DE LOS ORÍGENES DE ZÁRATE
Imagen de la Virgen del Carmen

Imagen de Nuestra Señora del Carmen Aproximación

Fotografía panorámica de la parroquia del Carmen

Interior de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Zárate
Escudo del partido de Zárate

Procesión con la imagen de Ntra. Sra. del Carmen

Retablo mayor de Nuestra Señora del Carmen

(Fuente: Historia de Zárate, fascículo D. Vicente Raul Botta)

Sabemos que el origen de nuestras ciudades, además del fundacional, fue la aglomeración de villorios en vías de comunicación tales como los ríos y caminos (postas), en lugares protegidos geográficamente, en puertos naturales, etc. Pero otro elemento fundamental para que se consolidó los asentamientos poblacionales fue el constituido por los oratorios o lugares de culto, como lo fue en Zárate el que se hallaba ubicado en la bajada al puerto. Este oratorio está mencionado en una carta del alcalde de la “Santa Hermandad de Cañada de la Cruz”, Don Juan de Asebey, al Virrey Avilés. Así le informa sobre la existencia del oratorio en el año 1805: "En el Puerto de Zárate de ésta, mi jurisdicción a orillas de/ Paraná, Puerto preciso de los Barcos que vienen y van del Paraguay,

En torno del oratorio, que fue intitulado como “del Salvador” se fue incrementando la población y allegando muchos vecinos, tanto más que dicho acontecimiento era favorecido por una subida y bajada de carretas. Proseguía la relación del alcalde mencionado: ”Que facilitada que sea podrá en breve tiempo formarse un Pueblo de alguna consideración. Que comunico a VE. que si lo tiene a bien interponga VE. su superior Autoridad para su puntual cumplimiento porque los más que viven inmediato son de los voluntarios, y abajo de alguna multa concurrirán a facilitar la dicha Bajada". Este documento para nosotros inédito, sustenta aún más la idea de la formación del pueblo alrededor del Puerto natural y oratorio, y la importancia del nexo natural de la "bajada" hacia el mismo con el resto de la población que se fue desarrollando cercana a las barrancas y alrededor de la plaza principal.

Otro oratorio importante dentro de la traza del pueblo fue el que construyera Don Rafael Pividal, hacia el año 1826. Él había comprado las tierras a los hermanos Pedro y José Antonio Anta en 1825 para fundar el pueblo, sobre la base del villorio existente, y con el "cargo de construir oratorio y plaza". Según lo expone Botta, el mismo se derrumbó al poco tiempo y fue reedificado y conservado con reparaciones por el vecindario. Los mismos vecinos debieron finalmente construir uno nuevo en su reemplazo.

Y de tal modo emerge la devoción a la Santísima Virgen en su advocación de Nuestra Señora del Carmen: Pedro Anta, que asistiera a orar ante la imagen de la Virgen del Carmen que existía en la Pesquería, dona la primera imagen de esta advocación de la Virgen para el oratorio de la ciudad, que luego pasa a la Iglesia Parroquial, imagen que, luego de un lapso en que fue retirada por los descendientes de aquél (entre 1872-1876), es la misma antigua e insigne que hoy se encuentra en el actual Templo Parroquial, la que tuvo sus orígenes en el oratorio de la Pesquería que existió desde las primeras décadas del siglo XVIII en campos próximos al viejo puente de la zona.
Recienemente, la sagrada imagen de la Virgen del Carmen, la original, fue llevada por el Cura párroco, Mons. Ariel Pérez, a la iglesia catedral de Santa Florentina, como signo de adhesión para la festividad de la ciudad de Campana, en su 125to. aniversario, y expuesta a la veneración de los fieles luego de la misa en honor de Santa Florentina, en celebración presidida por el Sr. Obispo y concelebrada por numeroso clero.
De tal modo, podemos decir que en cierto modo la Virgen del Carmen, a modo de la Virgen en su advocación de Luján, es también "Fundadora de la Villa" y que tenemos la alegría de contarla como Patrona, junto con San José, Patrono de Zárate (ciudad que celebra su festividad el 19 de marzo).

miércoles, 14 de julio de 2010

XI ENCUENTRO DIOCESANO DE CATEQUISTAS (ENDICA)


Querido hermano en el ministerio:

Se acerca la fecha del día del catequista, oportunidad en la que nuestra diócesis celebrará el XI ENCUENTRO DIOCESANO DE CATEQUISTAS (ENDICA), convocados por nuestro obispo Mons. Oscar. Este año la fiesta de los catequistas se hará en Presidente Derqui el sábado 21 de agosto y tendrá como marco de fondo la preparación del III Congreso catequístico nacional, propuesto por la Junta Nacional de catequesis y aprobado por los Obispos de nuestro país.

La temática de este año girará en torno cómo estamos desarrollando nuestra misión de catequistas al servicio de la iniciación cristiana. El material enviado a las parroquias el año pasado denominado "Camino al III Congreso catequístico nacional", y las conclusiones a las que hayan llegado las distintas comunidades, será el punto de partida para el momento de compartir las experiencias en la misión.

PARA UNA MAYOR COMPRENSIÓN DE LA TEMÁTICA DE LA CATEQUESIS, LLAMADA POR PABLO VI Y POR JUAN PABLO II, "ESE MOMENTO TAN SEÑALADO DE LA EVANGELIZACIÓN" OFRECEMOS EL PREFACIO DEL DIRECTORIO GENERAL DE CATEQUESIS DE LA SANTA SEDE

PREFACIO

1. El Concilio Vaticano II prescribió la redacción de un « Directorio sobre la formación catequética del pueblo cristiano ».(1) En cumplimiento de este mandato conciliar, la Congregación para el Clero se sirvió de una Comisión especial de expertos y consultó a las Conferencias episcopales del mundo, que remitieron numerosas sugerencias y observaciones al respecto. El texto preparado fue revisado por una Comisión teológica ad hoc y por la Congregación para la Doctrina de la Fe. El 18 de marzo de 1971 fue definitivamente aprobado por Pablo VI y promulgado el 11 de abril del mismo año, con el título Directorium Catechisticum Generale

2. Los treinta años transcurridos desde la clausura del Concilio Vaticano II hasta el umbral del tercer milenio, constituyen —sin duda— un tiempo muy rico en orientaciones y promoción de la catequesis. Ha sido un tiempo que, de algún modo, ha vuelto a hacer presente la vitalidad evangelizadora de la Iglesia de los orígenes y a impulsar oportunamente las enseñanzas de los Padres, favoreciendo el retorno actualizado al Catecumenado antiguo. Desde 1971, el Directorium Catechisticum Generale ha orientado a las Iglesias particulares en el largo camino de renovación de la catequesis, proponiéndose como punto de referencia tanto en cuanto a los contenidos como en cuanto a la pedagogía y los métodos a emplear.

El camino recorrido por la catequesis en ese período se ha caracterizado por doquier por la generosa dedicación de muchas personas, por iniciativas admirables y por frutos muy positivos para la educación y la maduración de la fe de niños, jóvenes y adultos. Sin embargo, no han faltado —al mismo tiempo— crisis, insuficiencias doctrinales y experiencias que han empobrecido la calidad de la catequesis debido, en gran parte, a la evolución del contexto cultural mundial y a cuestiones eclesiales no originadas en la catequesis.

3. El Magisterio de la Iglesia nunca ha dejado, en estos años, de ejercer con perseverancia su solicitud pastoral en favor de la catequesis. Numerosos Obispos y Conferencias episcopales, en todos los continentes, han impulsado de manera notable la catequesis, publicando Catecismos valiosos y orientaciones pastorales, promoviendo la formación de peritos y favoreciendo la investigación catequética. Estos esfuerzos han sido fecundos y han redundado favorablemente sobre la actividad catequética de las Iglesias particulares. Una aportación particularmente rica para la renovación catequética fue el Ritual de la iniciación cristiana de adultos, promulgado el 6 de Enero de 1972 por la Congregación para el Culto Divino.

Es obligado recordar, de manera especial, el ministerio de Pablo VI, el Pontífice que guió a la Iglesia durante el primer período posconciliar. A este propósito, Juan Pablo II se manifiesta así: « Mi venerado predecesor Pablo VI sirvió a la catequesis de la Iglesia de manera especialmente ejemplar con sus gestos, su predicación, su interpretación autorizada del Concilio Vaticano II —que él consideraba como la gran catequesis de los tiempos modernos—, con su vida entera ».(2)

4. Un hito decisivo para la catequesis fue la reflexión realizada por la Asamblea General del Sínodo de los obispos acerca de la evangelización del mundo contemporáneo, que se celebró en octubre de 1974. Las proposiciones de esta Asamblea fueron presentadas al papa Pablo VI, que promulgó la Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, del 8 de Diciembre de 1975. Este documento presenta, entre otros, un principio de particular importancia: la catequesis como acción evangelizadora dentro del ámbito de la misión general de la Iglesia. La actividad catequética, de ahora en adelante, deberá ser considerada como partícipe siempre de las urgencias y afanes propios del mandato misionero para nuestro tiempo.

Además, la última Asamblea sinodal convocada por Pablo VI en octubre de 1977 escogió la catequesis como tema de análisis y reflexión episcopal. Este Sínodo vio « en la renovación catequética un don precioso del Espíritu Santo a la Iglesia de hoy ».(3)

5. Juan Pablo II asumió en 1978 esta herencia y formuló sus primeras orientaciones en la Exhortación apostólica Catechesi Tradendae, del 16 de octubre de 1979. Esta Exhortación forma una unidad totalmente coherente con la Exhortación Evangelii Nuntiandi y vuelve a situar plenamente a la catequesis en el marco de la evangelización.

A lo largo de su pontificado, Juan Pablo II ha ofrecido un magisterio constante de muy alto valor catequético. Entre sus discursos, cartas y enseñanzas escritas destacan las doce Encíclicas: desde Redemptor Hominis a Ut Unum Sint. Estas Encíclicas constituyen por sí mismas un cuerpo de doctrina sintético y orgánico, en orden a la aplicación de la renovación de la vida eclesial postulada por el Concilio Vaticano II.

En cuanto al valor catequético de estos documentos del Magisterio de Juan Pablo II destacan: Redemptor Hominis (4 marzo 1979), Dives in Misericordia (30 noviembre 1980), Dominum et Vivificantem (18 mayo 1986) y, en razón de la reafirmación de la validez permanente del mandato misionero, Redemptoris Missio (7 diciembre 1990).

6. Por otra parte, las Asambleas Generales, ordinarias y extraordinarias, del Sínodo de los Obispos han tenido una particular incidencia en el campo de la catequesis. Por su particular relieve deben señalarse las Asambleas Sinodales de 1980 y de 1987, sobre la misión de la familia y sobre la vocación de los laicos bautizados. A los trabajos sinodales siguieron las correspondientes Exhortaciones apostólicas de Juan Pablo II Familiaris Consortio (22 noviembre 1981) y Christifideles Laici (30 diciembre 1988). El mismo Sínodo extraordinario de 1985 ha influido, también, de manera decisiva sobre el presente y futuro de la catequesis de nuestro tiempo. En aquella ocasión se hizo balance de los veinte años de aplicación del Concilio Vaticano II, y los Padres sinodales propusieron al Santo Padre la elaboración de un Catecismo universal para la Iglesia Católica. La propuesta de la Asamblea sinodal extraordinaria de 1985 fue acogida favorablemente y hecha propia por Juan Pablo II. Culminado el paciente y complejo proceso de su elaboración, el Catecismo de la Iglesia Católica fue entregado a los obispos y a las Iglesias particulares mediante la Constitución apostólica Fidei Depositum el 11 octubre 1992.

7. Este acontecimiento de tan profunda significación y el conjunto de hechos y de intervenciones magisteriales anteriormente señalados, imponían el deber de una revisión del Directorium Catechisticum Generale, a fin de adaptar este valioso instrumento teológico-pastoral a la nueva situación y a las nuevas necesidades. Recoger tal herencia y sistematizarla sintéticamente en orden a la actividad catequética, siempre en la perspectiva de la presente etapa de la vida de la Iglesia, es un servicio de la Sede Apostólica a todos.

El trabajo para la reelaboración del Directorio General para la Catequesis, promovido por la Congregación para el Clero, ha sido realizado por un grupo de Obispos y de expertos en teología y en catequesis. Seguidamente, ha sido sometido a consulta de las Conferencias episcopales, de diversos peritos e Institutos o Centros de estudios catequéticos; y ha sido en el respeto substancial a la inspiración y contenidos del texto de 1971.

Evidentemente, la nueva redacción del Directorio General para la Catequesis ha debido conjugar dos exigencias principales:

– por una parte, el encuadramiento de la catequesis en la evangelización, postulado en particular por las Exhortaciones Evangelii Nuntiandi y Catechesi Tradendae;

– por otra parte, la asunción de los contenidos de la fe propuestos por el Catecismo de la Iglesia Católica.

8. El Directorio General para la Catequesis, conservando la estructura básica del texto de 1971, se articula del siguiente modo:

– Una Exposición Introductoria, en la que se ofrecen pautas y orientaciones para la interpretación y la comprensión de las situaciones humanas y eclesiales, desde la fe y la confianza en la fuerza de la semilla del Evangelio. Son breves diagnósticos en orden a la misión.

– La Primera Parte(4) se articula en tres capítulos y enraiza de forma más acentuada la catequesis en la Constitución conciliar Dei Verbum, situándola en el marco de la evangelización presente en Evangelii Nuntiandi y Catechesi Tradendae. Propone, asimismo, una clarificación sobre la naturaleza de la catequesis.

– La Segunda Parte(5) consta de dos capítulos. En el primero, bajo el título « Normas y criterios para la presentación del mensaje evangélico en la catequesis », con nueva articulación y en una perspectiva enriquecida, se recogen en su totalidad los contenidos del capítulo correspondiente del texto anterior. El capítulo segundo, completamente nuevo, está al servicio de la presentación del Catecismo de la Iglesia Católica, como texto de referencia para la transmisión de la fe en la catequesis y para la redacción de los Catecismos locales. El texto ofrece también principios básicos en orden a la elaboración de los Catecismos por las Iglesias particulares y locales.

– La Tercera Parte(6) aparece bastante renovada, formulando también la substancia de una pedagogía de la fe, inspirada en la pedagogía divina; cuestión ésta que concierne tanto a la teología como a las ciencias humanas.

– La Cuarta Parte(7) tiene por título « Los destinatarios de la catequesis ». En cinco breves capítulos, se atiende a las muy diversas situaciones de las personas a las que se dirige la catequesis, a los aspectos relativos a la situación socio-religiosa y de modo especial, a la cuestión de la inculturación.

– La Quinta Parte(8) coloca, como centro de gravitación, la Iglesia particular, que tiene el deber primordial de promover, programar, supervisar y coordinar toda la actividad catequizadora. Adquiere un particular relieve la descripción de los respectivos roles de los diversos agentes (que tienen siempre su referencia en el Pastor de la Iglesia particular) y de las exigencias formativas en cada caso.

– La Conclusión exhorta a una intensificación de la acción catequética en nuestro tiempo y corona la reflexión y las directrices con una llamada a la confianza en la acción del Espíritu Santo y en la eficacia de la Palabra de Dios sembrada en el amor.

9. La finalidad del presente Directorio es, obviamente, la misma que perseguía el texto de 1971. Se propone, en efecto, indicar « los principios teológico-pastorales de carácter fundamental —tomados del Magisterio de la Iglesia y particularmente del Concilio Ecuménico Vaticano II— por los que pueda orientarse y regirse más adecuadamente la acción pastoral del ministerio de la palabra » y, en concreto, de la catequesis.( 9) El propósito fundamental era y es ofrecer reflexiones y principios, más que aplicaciones inmediatas o directrices prácticas. Tal camino y método se emplea, sobre todo, por la siguiente razón: únicamente si desde el principio se entiende con rectitud la naturaleza y los fines de la catequesis, como también las verdades y valores que deben transmitirse, podrán evitarse defectos y errores en materia catequética.(10)

Es competencia específica de los Episcopados la aplicación más concreta de estos principios y enunciados, mediante orientaciones y Directorios nacionales, regionales o diocesanos, Catecismos y demás medios que resulten idóneos para promover eficazmente la catequesis.

10. Es evidente que no todas las partes del Directorio tienen la misma importancia. Lo que se dice de la divina revelación, de la naturaleza de la catequesis y de los criterios con los que hay que presentar el mensaje cristiano, tiene valor para todos. En cambio, las partes que se refieren a la situación presente, a la metodología y a la manera de adaptar la catequesis a las diferentes situaciones de edad o de contexto cultural, deben más bien recibirse como sugerencias e indicaciones.(11)

11. Los destinatarios del Directorio son principalmente los Obispos, las Conferencias episcopales y, en general, cuantos, bajo su mandato y presidencia, desempeñan una responsabilidad en el campo de la catequesis. Es obvio que el Directorio puede ser un instrumento válido para la formación de los candidatos al sacerdocio, para la formación permanente de los presbíteros y para la formación de los catequistas.

Una finalidad inmediata del Directorio es prestar ayuda para la redacción de Directorios catequéticos y Catecismos. De acuerdo con las sugerencias formuladas por muchos Obispos, se incluyen numerosas notas y referencias, que pueden ser muy útiles para la elaboración de los mencionados instrumentos.

12. Puesto que el Directorio se dirige a Iglesias particulares, cuyas situaciones y necesidades pastorales son muy diversas, es evidente que únicamente las situaciones comunes o intermedias han podido ser tomadas en consideración. Esto sucede, igualmente, cuando se describe la organización de la catequesis en los diversos niveles. Al utilizar el Directorio téngase presente esta observación. Como ya se advertía en el texto de 1971, lo que será insuficiente en aquellas regiones donde la catequesis ha podido alcanzar un alto nivel de calidad y de medios, quizá parecerá excesivo en aquellos lugares donde la catequesis no ha podido todavía experimentar tal progreso.

13. Al publicar este documento, nuevo testimonio de la solicitud de la Sede Apostólica por el ministerio catequético, se espera que sea acogido, examinado y estudiado con gran atención, teniendo en cuenta las necesidades pastorales de cada Iglesia particular; y también que pueda estimular en el futuro estudios e investigaciones más profundas, que respondan a las necesidades de la catequesis y a las normas y orientaciones del Magisterio de la Iglesia.

Que la Bienaventurada Virgen María, Estrella de la nueva evangelización, guíe al conocimiento de Jesucristo, Maestro y Señor.

« Finalmente, hermanos, orad por nosotros para que la Palabra de Dios siga propagándose y adquiriendo gloria, como entre vosotros » (2 Ts 3,1).

En el Vaticano, 15 de agosto de 1997. Solemnidad de la Asunción de la B.V. Maria






1) CD 44.
2) CT 2.
3) CT 3.
4) Corresponde a la Segunda Parte del DCG (1971).
5) Tiene los mismos objetivos de la Tercera Parte del DCG (1971).
6) Corresponde a la Cuarta Parte del DCG (1971).
7) Corresponde a la Quinta Parte del DCG (1971). Aunque algunos, con importantes razones, aconsejaban situar esta parte antes que la correspondiente a la de la pedagogía, se ha preferido, dado el nuevo enfoque de la Tercera Parte, mantener el mismo orden que en el texto de 1971. Se quiere subrayar con ello que la atención al destinatario es una participación y consecuencia de la misma pedagogía divina, de esa « condescendencia » (DV 13) de Dios en la historia de la salvación, al adaptarse en su Revelación a la condición humana.
8) Recoge todos los elementos de la Sexta Parte del DCG (1971).
9) Cf DCG 1971, Introducción.
10) Ibidem.
11) Cf Ibidem.

lunes, 12 de julio de 2010

MENSAJE DE MONS. OSCAR SARLINGA ACERCA DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA

7 de julio de 2010

Considerada la participación prevista de asociaciones de fieles, y notable número de laicos de nuestra diócesis en la convocatoria del “Departamento de Laicos” (DEPLAI) respecto del matrimonio entre un hombre y una mujer, en amorosa comunión de vida y amor y apertura a la generación de los hijos y su educación, es para mí un deber de conciencia, como Pastor de la Iglesia, el expresar una vez más a la numerosa feligresía, a través de estas líneas, que lo que ha de movernos en nuestro generoso y esperanzado “sí” al matrimonio y a la familia, es, tal como, por otra parte, lo veo en los fieles, nuestro sentido de fe cristiana, y también (es bueno el recordarlo) el “sentido de la ley natural” (respecto de la cual la ley positiva tiene un valor pedagógico), la cual hace, aquélla, que la inclinación al matrimonio y la familia se encuentre “ya en la naturaleza humana”, a modo como la inclinación natural a la verdad y al conocimiento, a la sociabilidad o la inclinación hacia lo trascendente o Dios.

Esto, claro, es preciso hacerlo con convicción, con paz, con respeto, con ejercicio de los derechos de las libertades cívicas y la libertad religiosa, y sobre todo con un compromiso creciente a vivir los valores y las virtudes de ese gran don para la humanidad que es la familia, nosotros los primeros, a comenzar por el hecho que la Iglesia es “Familia de Dios” como la llama el Concilio Vaticano II.

En mi misión pastoral, ya había tenido ocasión de dirigirme a todos los fieles católicos de esta diócesis en el viernes 11 de junio próximo pasado, en la Clausura del Año sacerdotal, en el cual clamábamos, precisamente, por la santidad sacerdotal, y por “el sentido del matrimonio formado por un varón y una mujer, constitutivo de la familia y de la «civilización del Amor»”. Pedíamos entonces que “los fieles laicos oren por los sacerdotes”, y en especial que oren “las familias, institución indispensable”, familias que son como “santuarios de humanidad donde puede realizarse la civilización del amor”. Recordaba en esa ocasión quien les habla que “la familia”, primero en sentido humano y natural, y como familia cristiana cristiana, es “un bien precioso para la humanidad toda”, tal como a ella se refiere el Concilio Vaticano II[1], y que al respecto en nuestra sociedad actual “tenemos el deber, en conciencia, de buscar la verdad, y de ofrecer nuestro servicio, preocupándonos por los destinos del matrimonio, formado por un varón y una mujer[2], y la familia”. Hacía alusión aquí a la célebre la exhortación «Familiaris consortio» de Juan Pablo II[3]. Procuraba también atraer la atención de ustedes hacia la necesidad de proseguir sin cansarse la tarea de construir la mencionada y ansiada «civilización del Amor», como nos lo pidió Juan Pablo II cuando dijo que “(…) la familia, cuando vive plenamente las exigencias del amor y del perdón, se convierte en baluarte seguro de la civilización del Amor y en esperanza para el futuro de la humanidad”[4].

Hablábamos de manifestar una visión de las cosas con convicción, con respeto, con paz, y también en el ejercicio de la libertad religiosa, la cual, como no podría ser de otra manera, de ningún modo busca crear exclusión, o ponerse en contraste con “una laicidad positiva y abierta”, la cual conlleva un compartido sentido de responsabilidad, también en lo atinente a las leyes que nos rigen. Recientemente el Papa Benedicto afirmaba, al respecto: “Es evidente que si se considera el relativismo como un elemento constitutivo esencial de la democracia se corre el riesgo de concebir la laicidad sólo en términos de exclusión o, más exactamente, de rechazo de la importancia social del hecho religioso (…). Es urgente, por tanto, definir una laicidad positiva, abierta, y que, fundada en una justa autonomía del orden temporal y del orden espiritual, favorezca una sana colaboración y un espíritu de responsabilidad compartida”[5].

Este es el espíritu que debe animarnos, la responsabilidad compartida también nos lleva a expresar nuestra voz, no se trata de condenar a nadie, ni mucho menos de despreciar a determinadas personas, ni de menoscabar derechos: “Amar a todos sin excluir a nadie”, con el valor positivo del Amor y el sentido de la rectitud de las instituciones.

Por eso, queridos hermanos y hermanas todos, como también les mencionaba, más aún, exclamaba, en la mentada celebración de Clausura del Año Sacerdotal, el 11 de junio, en la iglesia catedral: “(…) no podemos perder de vista el promover este bien tan precioso, tan necesario e indispensable, patrimonio de la humanidad entera”, cuando traía a colación la preocupación del Papa al advertir que “(…) los pueblos, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio., es el fundamento de la familia, patrimonio y bien común de toda la humanidad. Así pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios (cfr. Mt 19,3-9), el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas”[6].

Encendamos siempre una luz. En el misterio de Dios, el testimonio humano y cristiano adquiere un inmenso valor. No podemos nosotros agotar el conocimiento de cuánto Dios puede encender misteriosamente el Amor ardiente en los corazones, aun en aquéllos que menos pensábamos.

Al término del Año Paulino Jubilar, en la iglesia de San José de los peregrinos, en el predio de Schoenstatt, de Belén de Escobar, en 2009, encendimos simbólicamente un cirio votivo, alumbrando, así, sobre todos nosotros, la luz de la fe y el amor, el empeño y compromiso por los más necesitados, los excluidos, por los enfermos, por quienes han equivocado el camino y por los que se encomiendan a nuestras oraciones. Ese gesto hemos reiterado al clausurar el Año sacerdotal en la catedral de Campana, frente a la imagen del Sagrado Corazón, al cual hemos consagrado solemnemente la diócesis el 9 de mayo del pasado año en la iglesia co-catedral de la Natividad del Señor.

Pidamos a Dios que esa Luz, la natural de la inteligencia humana, y la que proviene de la Fe, nos ilumine como nación, “una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad, y el compromiso por el bien común”, como reza la “Oración por la Patria”.

¡Levantemos el corazón!. Que este 9 de julio, en el gran arco del Bicentenario 2010-2016, nos encuentre en la paz de Cristo, “el Príncipe de la Paz”. Con la protección de la Santísima Virgen, en su advocación de Nuestra Señora de Luján, nuestra Patrona.

Con afecto pastoral,

+Oscar Sarlinga





[1] Cf CONC. ECUM. VAT. II, Const. pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et spes, 52.

[2] "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole" (CIC, c. 1055)

[3] Cf JUAN PABLO II, Exhortación apostólica «Familiaris consortio» al episcopado, al clero y a los fieles de toda la Iglesia sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual. Introducción, n. 1 (“La Iglesia, consciente de que el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes más preciosos de la humanidad, quiere hacer sentir su voz y ofrecer su ayuda a todo aquel que, conociendo ya el valor del matrimonio y de la familia, trata de vivirlo fielmente; a todo aquel que, en medio de la incertidumbre o de la ansiedad, busca la verdad y a todo aquel que se ve injustamente impedido para vivir con libertad el propio proyecto familiar. Sosteniendo a los primeros, iluminando a los segundos y ayudando a los demás, la Iglesia ofrece su servicio a todo hombre preocupado por los destinos del matrimonio y de la familia”).

[4] Id. Mensaje de Juan Pablo II a un congreso en el 20 aniversario de la «Familiaris consortio», Ciudad del Vaticano, 22-XI-2001, n. 5.

[5] BENEDICTO XVI, Discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, Ciudad del Vaticano,11 de enero de 2010.

[6] Id., Carta al Card. López Trujillo, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, Ciudad del Vaticano, 17 -V-2005.